Madera termotratada

La madera termotratada es aquella madera que se somete a un tratamiento térmico, es decir, a altas temperaturas (190°C y 230°C). Este tratamiento que se realiza en ausencia de oxígeno y de componentes químicos, consigue alterar las propiedades internas de la madera.

Este proceso dura unas 8 horas, dependiendo de la especie y del tamaño de la pieza que se vaya a termotratar. Además, una vez finalizado el tratamiento, se tienen que preparar las piezas de madera con un cepillo de púas y aplicar un aceite vegetal.

Este tratamiento se puede realizar en cualquier especie de madera, pero las especies de madera en las que más se suele aplicar son: pino, abeto, chopo, abedul, fresno, haya, arce…

Como hemos dicho, la madera al ser sometida a altas temperaturas sufre una serie de cambios internos como son:

• Se oscurece, es decir, adquiere una tonalidad marrón homogénea.
• Aumenta la resistencia a hongos, insectos y humedad.
• Cambia las propiedades mecánicas. La madera pasa a ser menos elástica y más dura.
• Mejora la estabilidad de la madera ya que se reducen las tensiones internas.
• Pierde densidad (entre un 5-15%) lo que hace que la madera sea más ligera.
• Mejora el aislamiento térmico de la madera como propiedad intrínseca.
• Se elimina la resina propia de la madera.
• Mejora la conductividad térmica de la madera.

La madera termotratada puede tener una perdida de propiedades mecánicas, por eso no se aconseja su uso estructural. Sin embargo, la madera termotratada la podemos usar tanto en interior como exterior, siendo utilizada para la fabricación de puertas y ventanas; suelos de terrazas, patios y piscinas; muebles de exterior; saunas y cuartos de baño; revestimientos de paredes, techos, etc…

Por tanto, la madera termotratada es una solución económica, sostenible y respetuosa con el medio ambiente para la madera de exterior y de interior, ya que se elimina todo producto químico en su tratamiento.

La madera termotratada se puede utilizar en exterior. Este tratamiento mejora la durabilidad de la madera haciendo que su resistencia en exterior sea entre 15 y 25 veces superior a la de la madera no tratada.  Además, la madera termotratada acumula hasta 5 veces menos agua que la madera no tratada.

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