Clasificaciones estructurales y las diferentes especies maderables

Clasificaciones estructurales y las diferentes especies maderables

Las propiedades de la madera, al tratarse de un material biológico, están influida por su especie y por características del lugar donde creció. Aparte de su origen, cuanto más grande sea la pieza más posibilidades hay de que muestre defectos y cualidades heterogéneas dentro de ellas y entre otras. Esto, a la hora de conocer sus propiedades, daría lugar a una clasificación sumamente compleja por lo que se recurre a agrupar los distintos tipos de madera estructural en las clases resistentes.

En las clases resistentes la primera letra indica el tipo de madera: C (coníferas y chopo), D (frondosas) y GL (madera laminada). El chopo, aunque sea una frondosa, está clasificada junto con las coníferas debido a que sus propiedades mecánicas son más similares a estas. Otros elementos como la madera microlaminada o los tableros con capacidades portantes tiene clasificaciones propias.

Mediante ensayos mecánicos normalizados, el más típico por rotura a flexión, se caracterizan las especies en función de la resistencia a la flexión, el módulo de elasticidad y su densidad, consiguiendo así conocer cómo se comporta cada tipo de pieza (UNE-EN 408:2011+A1:2012). Con estos datos se obtienen los valores característicos de las piezas, los cuales aseguran que el 95% de las piezas similares aguantaran esa carga.

madera estructural especies maderables

Estos ensayos harían la vez de un muestreo estadístico, buscando una relación entre características medibles de forma no destructiva (procedencia, tamaño, desviaciones de la fibra, presencia de nudos, aproximaciones a su densidad…) y las distintas propiedades mecánicas de la pieza, pudiendo preverlas, clasificarlas y asignarles una clase resistente sin necesidad de romperla. Quedando así normalizados los distintos modos de clasificación, como la clasificación visual.

Debido a las múltiples variables a estudiar y al grado de seguridad que se le pide a una estructura, estos estudios requieren romper una elevada cantidad de piezas de gran tamaño para obtener unos resultados significativos, lo cual se traduce en una gran inversión y por eso no existe esta clasificación para todas las especies maderables. A parte de las propiedades mecánicas, mediante otra serie de ensayos también se cuantifica su durabilidad natural (resistencia a los agentes de deterioro), la impregnabilidad de la madera (facilidad a la penetración de un líquido/protector) estabilidad dimensional, dureza superficial…

Dentro de cada método de clasificación se aceptan las distintas especies con las que esta normalizado y probado. El más común, de clasificación visual, evalúa los defectos presentes en la pieza y si cumple las condiciones, en función de las dimensiones de la sección, la categoriza en calidades visuales con las que luego se le otorgará una clase resistente.  Es válido sobre frondosas (UNE 56546) y coníferas (UNE 56544), recogiendo las siguientes especies:

Madera de Eucalipto

ancho ≤ 60 mm y altura ≤ 200 mm: calidad visual MEF

Madera de Castaño

ancho ≤ 70 mm: calidad visual MEF

ancho > 70 mm: calidad visual MEF-G         

Madera de Pino silvestre, laricio, pinaster e insigne

ancho ≤ 70 mm: calidades visuales ME-1 o ME-2

ancho > 70 mm: calidad visual MEG

 

Estos ensayos y clasificaciones son propios de casa país debido a las diferencias de la madera en su crecimiento. Por ejemplo, la norma española no recoge la madera de abeto pues no se han hecho los ensayos necesarios. De querer construir con abeto habría que recurrir a madera importada de un país cuya norma esté reconocida por la española (UNE-EN 14081-1:2016) y trabajar bajo los valores de la clase resistente donde esté clasificada.  Un abeto nórdico (los países nórdicos comparten norma al tener unas condiciones muy similares) clasificado por su normal de clasificación visual INSTA 142 como T3, equivaldría a una clase resistente C30 y podría ser usado en construcción bajo esos valores. España no es un productor masivo de esta madera y por tanto no compensa la inversión de realizar los ensayos necesarios para la normalización, pero otras como el roble o el pino canario sí están siendo valoradas.

 

Diego Isaac de Pedro Esteban

 

Fuentes:

Código técnico de la edificación: documento básico de seguridad estructural, madera (2019)

Aitim: Especies de maderas para construcción, carpintería y mobiliario.

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