El uso de formaldehidos en la industria de la madera; con precaución

formaldehido tablero

El formaldehído es un compuesto químico altamente volátil y muy inflamable. En condiciones normales se encuentra en estado gaseoso, de forma incolora pero se denota por su olor penetrante.

Actualmente, pertenecen al grupo de productos tóxicos para las personas, pues está clasificado por la IARC como «cancerígeno» y la normativa y la legislación lo regulan en su dosificación.

Se tiene que tener especial cuidado con su aplicación en la madera y las adiciones con este producto, pues es habitual su uso en la industria maderera, pudiendo clasificarse como E1 o E2 en función de su presencia en los tableros.

Dichos compuestos, son utilizados en tableros y piezas aglomeradas en su  formulación de adhesivos, junto con melamina o urea, o en algunas vigas laminadas para su encolado, resultando agresivos dependiendo de su dosis. Se aconseja el estudio específico de los elementos madereros a incorporar en la vivienda y la selección de materiales madereros sin dicho elemento. Igualmente se puede encontrar en nuestro entorno cotidiano en algunos productos textiles y otros productos cosméticos, siendo, como se ha especificado anteriormente, una de las causas catalogadas por la Agencia Internacional de investigación contra el Cáncer como “cancerígeno confirmado”. Las disoluciones acuosas al ~40% se conocen con el nombre de formol.

El uso de la madera en nuestros espacios tiene múltiples beneficios saludables, que no podemos disminuir por no controlar el uso o porcentaje de algunas sustancias tóxicas concretas que la industria maderera ha utilizado en sus tratamientos. Si bien, la lista de elementos nocivos que podemos encontrar en los productos madereros es muy baja, siendo habitualmente un producto seguro en su utilización, del cual no hay que estar analizando parámetros internos, porque habitualmente su línea de transformación suele ir de la mano de procesos y maquinarias poco dañinas, con unos resultados saludables bastantes óptimos para los seres vivos.

Por: Beatriz Segura Plaza

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