Si piensas que construir con madera es caro, estás equivocado, lee esto

Edificio en altura de madera en Jyväskylä Finlandia
Edificio en altura de madera en Jyväskylä Finlandia

El valor de los materiales constructivos estamos acostumbrados a equilibrarlo con el costo en euros que pone en su etiqueta o factura.

Como premisa inicial podemos observar que el promedio de uso de un edificio suele superar en la gran mayoría de los casos los 50 años, un sobrecosto mensual de 20 €, se traduce al año en 240 € y finalmente en su uso de 50 años en 12.000 €. Costes, que a priori, podíamos haber reducido con algunos matices bioclimáticos iniciales o la elección de materiales diferentes.

Pero, ¿Cuánto vale nuestra salud? ¿Cuánto vale el daño medio ambiental? ¿Cuánto valen las instalaciones secundarias?

Pagamos unos sobrecostes añadidos en construcción en forma de medicamentos, psicólogos, limpiezas, alergias, impuestos locales o nacionales, gastos de factura de luz, gasoil, leña o, a cambio de destruir nuestro paraíso contiguo y aceptar la ruina del entorno.

La madera es uno de los materiales de construcción más abundantes y mejor repartidos en la naturaleza, exceptuando las zonas desérticas y de hielo, la gran mayoría de los países han utilizado dicho material para sus construcciones tradicionales, variando tan sólo sus sistemas arquitectónicos.

Es un material de gran capacidad de regeneración, por ejemplo, con una superficie de 4.000.000 ha puede llegar a generarse 1m3 de madera por segundo. Eso, nos permite una abundancia y accesibilidad al material, que disminuye los costos de exclusividad o el canon de recurso agotable.

Además, la rehabilitación en los edificios está en auge, conllevado en gran medida por la burbuja inmobiliaria de los 80 y 90, que generó la construcción de un parque inmobiliario, en su mayoría, de baja calidad y construido con gran rapidez. Posteriormente, entre otros matices, ha generado una situación de precariedad para algunas familias. A partir de ese momento, lo construido adquiere valor, la necesidad impulsa a reciclar también en construcción y las viejas estructuras o los antiguos cerramientos, permiten a muchas familias disponer de un hogar digno, pues la madera es idónea como material reciclable y reusable.

En la mayoría de los casos de rehabilitación, las construcciones tradicionales que encontramos están realizadas con materiales naturales, locales y sencillos en su construcción. Una de las características esenciales de estos materiales es que necesitan transpirar y esta peculiaridad no es compatible con materiales más estancos como el cemento, los vinílicos o el PVC; sí en cambio, con la madera, que es un material ya existente, que solo hay que tratarse o sustituirse, sin modificar las condiciones originales.

Al mismo tiempo, si cuantificásemos económicamente partidas constructivas con una base común de datos de construcción, podríamos ver que las cuantías económicas en acabados, pinturas, yesos, aislamientos y revestimientos, pueden alcanzar la diferencia económica entre cualquier sistemas estructural más común y uno con madera. Y la decadencia de su uso estructural recae más en una mala supervisión de costes iníciales que en su verdadera cuantía.

Con lo que podemos asegurar que el valor de una buena construcción no recae sólo en la parte económica, existen unos factores como el confort, la tranquilidad, la seguridad, la belleza, la utilidad, el bienestar… Aspectos, difícilmente cuantificables pero si cualificables y mejoran la calidad de una construcción, transformando la edificación en arquitectura.

Por: Beatriz Segura Plaza

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