Pero… ¿qué ha sido de la madera maciza?

Madera maciza

Cuando se pregunta a la sociedad por «madera» para la construcción, rápidamente nos vemos dirigidos a las confortables y pequeñas cabañas de madera nórdicas que hemos ido viendo en películas y series a lo largo de nuestra historia televisiva, y, en algunos casos, la sociedad nos dirige al uso del parquet o tarima, revestimiento que se ha ido conservando a lo largo del tiempo.

Contrario a ello, actualmente el uso de la madera en construcción pertenece a un campo mucho más amplio: la madera manufacturada casi inunda el mercado y las estructuras más complejas que utilizan sistemas laminados, contrachapados, termotratados o microlaminados entre otros.

Inclusive en la rehabilitación de edificios y la sustitución de piezas tradicionales, muchos arquitectos optan por la seguridad y estabilidad de piezas ya mecanizadas y tratadas en fábrica. Pero… ¿qué ha sido de la madera maciza?.

Hablamos con antiguos carpinteros, acostumbrados a trabajar con rollizos, troncos de madera que eran colocados directamente sobre los muros de carga y que no eran seccionados pues al cortar sus fibras, dejaba de trabajar toda la sección y se volvían más débiles, en cambio, las viviendas tradicionales de clase alta, utilizaban cuartones de madera, cuya sección había de ser mayor pues se seccionaban sus caras a dimensiones de 14 x 9 cm, creando vigas en cuartones. Estas vigas provenían de especies de mayor edad, que se seccionaban para aprovechar la parte más resistente de la madera, el duramen y parte de la albura.

Pero la madera maciza se ha ido descartando en estos últimos tiempos bajo la filosofía de no poder controlar sus puntos débiles o nudos, y no certificar una resistencia constante a lo largo de la pieza.

En cambio la manufactura de madera ha generado un material tratado y analizado que recibe el nombre de KVH (Konstruktionsvollholz), una madera maciza muy estable para armazones, que posee una escasa variación dimensional (1 mm cada 10 cm transv. y 1.5 mm por 10 cm long.) debido a un secado técnico que reduce la humedad a un 15% y a unas empalmes dentados de alta resistencia.

Ésta madera aserrada para construcción es clasificada según su resistencia y está sujeta a un estricto control de calidad. Se suele trabajar principalmente con coníferas y se destina a fabricación de paredes y techos, dado que su corte evita la formación de grietas, deformaciones o torsiones, y dota a la madera de una forma estable y de alta precisión de ajuste.

El control de calidad operativo y la supervisión externa adicional se realizan conforme a los criterios de los acuerdos sobre madera maciza para la construcción KVH:

Fabricación según EN 15497:2014

Clasificación según EN 14081-1

Clases de selección S10, C24

Las posibilidades con dicha madera se multiplican, haciéndola muy interesante como material de construcción, y suele utilizarse con asiduidad en países nórdicos, donde la tradición carpintera y los avances tecnológicos van de la mano de la arquitectura tradicional del entorno.

Empresas como Serrería Alemán con años de tradición en la fabricación de estructuras de madera maciza, consiguen fabricar estructuras de madera maciza cumpliendo altos requisitos y a la altura de maderas mecanizadas como la laminada.

 

Por: Beatriz Segura Plaza

Habitartearquitectos

 

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